Los espacios naturales protegidos, como ya hemos comentado en otros artículos de este blog, son una fuente de generación de riqueza en muchos sitios de Europa y del mundo. Estos ejemplos demuestran que es posible conciliar intereses que, a priori, pueden parecer contrarios, como son la conservación y protección ambiental con el desarrollo endógeno y turístico.
España, con unas 7 millones de hectáreas, tiene un 12,9% de su territorio protegido, mientras que en Catalunya este porcentaje es del 30%, tal como muestra esta infografía hecha por Efe Verde con datos de la Federación Europarc.
Las reservas marinas son un buen ejemplo de que es posible combinar la conservación ambiental con el desarrollo económico. Las actividades náuticas cuentan hoy en día con millones de practicantes y tienen un potencial de crecimiento muy elevado. Algunas fuentes apuntan que en Europa hay unos 18 millones de turistas que viajan para realizar actividades náuticas. Según la organización PADI, en el mundo hay unos 15 millones de buceadores, de los cuales unos 5 millones son europeos.
Los practicantes de estos deportes buscan sitios bien gestionados y conservados, espacios únicos y auténticos, para practicar sus aficiones. El turismo de buceo generó el año 2000 más de 5.000 millones de dólares, la mayor parte en áreas marinas protegidas. La Gran Barrera de Coral es un interesante ejemplo de espacio protegido que ofrece una buena rentabilidad económica, con estudios que cifran el impacto del buceo en la zona en más de 1.000 millones de euros. Mucho más cerca, el conjunto de las Islas Medas, en la Costa Brava, genera unos ingresos cuantificados en unos 11 millones de euros anuales.
Otro buen ejemplo es la web de la Agència d’Àrees Marines Protegides de França , dependiente del Ministerio de Ecología, Desarrollo Sostenible y Energía, donde hay un amplio apartado dedicado a medidas para “Conciliar la conservación de la naturaleza con el desarrollo económico y de las actividades marítimas”. Esto incluye medidas vinculadas a la pesca profesional, a la acuicultura, a los deportes, a las fuentes de energías marinas renovables y a los arrecifes artificiales. Y es que como se explica en esta web, la riqueza económica que pueden generar las actividades marítimas depende de las condiciones en que se encuentre el medio marino, y sus usos relacionados.
Article: DCB Turisme i Desenvolupament Local @DCBTurisme